Tomar decisiones por intuición en lugar de datos

"Siempre lo hemos hecho así" es la frase que ha matado más empresas que la crisis. 

Si sigues operando con suposiciones en lugar de con datos reales, prepárate para las sorpresas.

Intuición no es estrategia.

Puedes "sentir" que algo funciona, pero hasta que veas los números claros, sigues jugando a la ruleta rusa con tu negocio.

Las empresas rentables no juegan con su dinero.

Saben qué productos o servicios son rentables y cuáles deben eliminar. ¿Tienes esa información o sigues esperando a que el banco o tu gestor te lo diga?

Trabajas más que nunca… pero no ves el dinero

Si el esfuerzo se tradujera en rentabilidad, estarías nadando en billetes. Pero no es así.

Sigues metiendo horas, gestionando clientes, apagando fuegos… y al final del mes, tu cuenta bancaria no lo refleja.

Si trabajas más que nunca y ganas lo mismo o menos, algo está roto.

El problema no es el mercado, la competencia ni la crisis… es que no sabes dónde se va tu dinero.

Facturar más sin controlar tus márgenes es como intentar llenar un cubo con agujeros.

Si no sabes cuánto cuesta realmente cada servicio o producto, puedes estar perdiendo dinero con cada venta y ni siquiera saberlo.

Tu negocio te controla a ti, en vez de al revés

Tienes una empresa, pero sientes que eres su esclavo.

Tu bandeja de entrada no para de llenarse, tus proveedores exigen pagos, los clientes te escriben a cualquier hora y sientes que, si frenas, todo se cae a pedazos.

Si no puedes alejarte de tu negocio sin que todo colapse, tienes un problema grave.

Una empresa sana debe funcionar sin que estés microgestionando todo.

No puedes escalar un negocio que depende de ti para cada decisión.

Si cada mes necesitas facturar más solo para tapar agujeros, no estás creciendo, estás sobreviviendo.

No sabes si este mes ganas o pierdes dinero (hasta que es demasiado tarde)

Vives en la incertidumbre.

Cada mes esperas a ver cuánto hay en el banco, cruzando los dedos para que no te falte dinero para pagar a proveedores, empleados e impuestos. Y si sobra, respiras tranquilo hasta el próximo mes.

Si no sabes si ganas dinero hasta que el banco te lo dice, no tienes control sobre tu negocio.

No puedes depender de “ver qué pasa” cada mes. Las empresas rentables tienen claridad en sus números, no fe ciega.

El problema no es la falta de dinero, es la falta de control.

Si sigues esperando a que el banco te diga si ganas o pierdes, tarde o temprano la sorpresa será mala.